27 enero 2006

Lo que cambia la vida en 6 meses

La verdad es que hace muuucho que no comentaba nada por aquí(Shame on me, que diría Michael Moore).

El post este es más que nada para ver que no se me había olvidado esto de postear, y para aprovechar y colgar unas fotitos an el flickr, fotos de un finde en la finca del Illo en Córdoba que prometo comentar en un futuro relativamente cercano...

Un saludo para todos, y prometo que no me he olvidado de todos completamente... La próxima la echaré más corta, vaya.

07 julio 2005

De vuelta a la blogosfera, o la de tiempo que tienes cuando estás en paro

Nada, que debo deciros que tengo unas pelotas muuu gordas, y que por eso no me he sentado aquí delante en tanto tiempo. Si esperábais una excusa o algo ásí, vais listos.

El viaje a San Francisco, que lleva más entregas que el coleccionable aquél de David el Gnomo, que venía con mueblecillo y todo, lo vamos a acabar por la vía rápida, que hace ya casi cuatro meses que acabó.

Como ya habréis notado los que hayáis leído el último post, no estoy colgando fotos, pero es que el 5º día perdí la cámara, que apareció mas tarde, y aún no tengo las fotos de mi socia alemana de viaje, así que puritito texto, majetes.

Lo último que os conté fue que pasamos la noche de antes de llegar a SF en Monterey, en un hotel de los que en vez de moqueta tienen musgo como los belenes. Pues bien, el pueblecito en cuestión es de lo más bonito que vimos en la costa oeste, con mogollón de playas, calas, casitas antiguas y no tanto pero todas muy chulas, etc. Total, que en vez de salir prontito, que era de lo que se trataba, salimos después de comer. Eso nos descolocó un poco todo, porque la idea era llegar lo antes posible a SF y apurar el coche a tope, porque había que devolverlo ese día.

Como a estas alturas ya nos conocemos todos, después de agobiarnos los tres por lo tarde que íbamos a llegar, lo mejor que se nos ocurrió fue meternos al Campus de Stanford. Sólo tengo una palabra para describirlo: ¡Jodo! Vaya tela. Nos dimos unas vueltecillas para verlo y aquello es acojonante. Los chavales son todos feísimos y gafotas, y las tías son como las que dice mi amigo rubén que van a su escuela de aeronáuticas en Madrí. Por lo menos eso me decía para tratar de consolarme. La verdad es que ninguno tenía pinta de hacerse botellones un martes porque yo lo valgo, que es el deporte con más licencias federativas en mi Colegio Mayor. Como ya sabéis, a estas alturas carecía de cámara, pero si queréis flipar como yo flipé, meteros en esta página, que el chaval tiene uns fotos bastante majas.

Como colofón a la visita a uno de los campus más prestigiosos del mundo, decidí hacer un homenaje a mi señor padre. Cuando me explica algo que no entiendo, y que es evidente, me suelta la coletilla de "y eso que yo no he meao en patio de universidad", descojonándose de la educación que su bolsillo ha pagado. Tengo que decir que creo que a él en su pueblo le decían "y eso que yo no he meao en patio de escuela", y el jodío me lo ha adaptao. Pues eso, que ya que mi padre mide la educación por la calidad del patio donde uno mea, decidí mear en el de Stanford. Como mear en lo que es patio era una sobrada estando sereno, meé en un edificio con patio (en los servicios, se entiende). Al que le interese le comentaré que desde entonces me siento mucho más inteligente y utilizo palabras con muchas más sílabas. Como, por ejemplo, Necronomicón. O Torreuropa. Y muchas más.

A la que llegamos a SF, estaba anocheciendo, por lo que nos fuimos cagando leches a cruzar el Golden Gate con algo de luz, situación que supongo que, a estas alturas, nos sonará a todos (esa presa Hoover de noche, ese desierto de nevada, ese Monterey, etc.) Esta vez llegamos más pelaos que el culo de un mono, pero pillamos algo de luz. mu chulo el puentecillo, qué os voy a contar. El tema es que para cruzarlo de salidamuy bien, pero para volver, ya de noche, llegamos a una señal en la que nos comentaban amablemente que para volverlo a cruzar había que aflojar 5 bucks, y eso te lo dicen a 200m del peaje, cuando ya no te puedes volver. La cara de tonto que se te queda cuando pagas unas 600 pelas pa hacer de noche unos metros que la única gracia que tienen es la vista.

El hotel que había buscado Cristina estaba justo al lado de Union Square, o sea, en tol centro. De precio estaba bastante bien, y la habitación era limpia (relativamente) y muy luminosa. Mu bien, vaya. Vaciamos el cochecito, leré, y nos fuimos a llevarlo al aeropuerto.

A partir de aquí, una semanita en el hotel, haciendo visitas a una ciudad que mola muchísimo, tratando de que las dos chavalas no se me matasen la una a la otra y disfrutando mucho. Mañana os pongo un post con impresiones sueltas de la ciudad, que me gustó mucho y me sorprendió muchísimo.

Como nota final os comentaré que en el aeropuerto de SF, como fuimos con tiempo para el embarque, los de seguridad decidiero registrar el equipaje. Todo de muy buen rollo, eso sí, que para eso era un vuelo doméstico y no eran los de aduanas. Les vacilábamos mientras sacaban con guantes la ropa interior sucia y ellos se descojonaban, y al final, el tío encontró mi cámara en un bolsilla de la maleta. Casi le doy un abrazo, y les dije que les hacía una foto, por majos. Aquí está la prueba:

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Al salir el flash empecé a oir a un tío gritar detrás mío, y cuando me volvé vi a un segurata corriendo hacia mí como un energúmeno. Yo pensé "La jodimos, tía paca. Me va a meter la del pulpo y ojo que no me deporte. Sólo a mí se me ocurre hacer una foto a las fuerzas del orden". Más o menos pensé en ese orden, qué pasa. Pues eso, que cuando el animal aquel llegó a mí, en vez de aflojarme un chuletón o quitarme la cámara, se puso a posar pa la foto. Yo, aún acojonao, se la hice, y os la dejo aquí. Miradlo que majo. Pues ahora imagináoslo corriendo descompuesto hacia vosotros en el área de seguridad de un aeropuerto.

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Están locos estos romanos...

16 junio 2005

Choque cultural

Nada, nenes y nenas. Que yastoy en casa otra vez. No voy a pediros disculpas como siempre, porque ya vale de daros el coñazo con excusas. Total, para lo que se me ha echao de menos (yo no me echaría mucho de menos, vaya).

Llevo aquí desde el día 3, pero es que no me he querido conectar mucho hasta que no estuviera aclimatado de nuevo. Ha sido menos duro de lo que pensaba, pero me he sorprendido extrañándome de cosas que nunca había notado. Esta mañana, si ir más lejos, estaba echando una caña en un bar y el volumen de voz me molestaba bastante. Os pongo en situación: eran las 2 de la tarde, los chavales que me rodeaban estaban en edad de haber visto todos a Fraga en el No-Do cuando lo de Palomares y el bar no tenía ningún tipo de música. Cuando se lo he dicho a mi socio de vermú se me ha descojonado y me ha dado la bienvenida.

El proceso de aclimatamiento ha sido duro y traumático, y ha constado, entre otras cosas, de una corrida de toros en las ventas (con puro, pacharanes y oreja para el Cid incluidos), una salve rociera a las 11 de la noche en el Rincón de Jerez después de los toros, sobredosis de cerveza y sol el sábado en el monte en Soria, junto con otras 5000 personas y un par de entrevistas de trabajo. Como véis, el aluvión de caspa y casticismo (que no tiene nada que ver con la castidad, por cierto) ha sido grande, pero gracias a ello me he adaptado otra vez. Me he adaptado tan cojonudamente que me voy a Alemania el sábado para los próximos 10 días.

Ya os comentaré cómo acabó lo de San Francisco (si es que aún me acuerdo y le interesa a alguien) y os resumo e viaje a NY, que no tiene desperdicio ninguno.

De momento me voy a echar unos dardos, unas cañas y unos kalimotxos, que pa eso estoy en casa otra vez.

Que no nos pase ná

20 mayo 2005

Desde NY

Me he colado en la applestore y estoy escribiendo en un portatil mac que un dependientte muy majo me esta intentando vender. Comunicaros dos cosas: sigo vivo y mi hotel parece el apartamento del malo de seven. Os mantendre informados. Salud y canyas.

16 mayo 2005

Al final, cómo no, me ha pillado el toro.

Supongo que los que me conocéis lo sospechaban. Yo también. En mi casa puedo decir sin riesgo de equivocarme que no lo sospechaban: estaban seguros. El hecho es que estoy a punto de empaquetar el ordenador para no tocarlo en por lo menos dos semanas, y eso ya será desde Soria. En fin, que se me acabó el exotismo de Tennessee y la aventureta esta. Antes de llegar a casa, sin embargo, me quedan 2 días en Washington, una semanita en NY, y un par de visitas a la playa en el Atlántico, en Savannah, Georgia, y la otra a Charleston, Sauz Carolaina.

Hasta entonces, supongo que el tráfico de visitas a la página bajará drásticamente de 7 diarias a unas 0 (visitas negativas creo que no se admiten en los contadores, de momento).

A la vuelta os sigo dando el coñazo con esto, que aunque solo me leen el Lemus y el Cinza, le voy cogiendo el gustillo a la parida.

Hala: a pasarlo bien (yo haré lo que pueda, que en el viaje viene otra vez el elemento discordante. Que no me pase ná).

14 mayo 2005

Dia 6: California Dreamin'

El tema es que como el lunes salgo para NY, y abandono para siempre el feudo de las ardillas, conejos y ciervos. ¿Para siempre? Bueno, más o menos, porque tengo que volver el 26 para recoger mis cosas antes de salir para Españñia el día 2 (y llegar a Madrid el 3). Pues eso, que voy a intentar apretar un poco los posts estos días a ver si acabamos con el viajecito, que hacerlo estuvo muy bien, pero duró quince días y llevo tres meses escribiendo. Y eso tampoco es plan. Vamos, digo yo. Por eso no voy a meter otos en los posts, que me llevan un ratillo de poner (será la torpeza o lo que quieras, pero eso es un hecho), aunque seguiré intentando subirlas al Flickr.

El sexto día era el último con paliza de conducir que nos quedaba por delante. Nos levantamos pronto (relativamente), cruzamos la calle y nos tiramos en la playa con todo el solete. La mezcla de gente que había en la playa era un poco rara. Había grupos de crías de 14 años con bikinis salvajemente pequeños que a duras pensa tapaban cuerpos sorprendentemente desarrollados, gente paseando en manga larga y vaqueros, pintores y, en fin, una fauna muy variada.

En un banco al lado de un semáforo, un chaval se calza los patines enlínea, y decide que las zapatillas le estorban, así que las deja, con calcetines y todo, en medio de la acera. Un minuto después, un mendigo que pasa por ahí se para, las mira, mira alrededor, mira las zapatillas otra vez, ve que todo el mundo pasa tres kilos de él, y las coge del suelo. Las suspende delante de la cara, las examina a saco, las huele, y decide llevárselas aunque a mí me parece que le sobran un par de tallas. La operación fue un puntazo en conjunto. No sólo porque le roben unas zapatillas viejas a un gilipollas, sino porque el chorizo se puso en plan catador de vinos con las zapatillas, y el cabrón iba descalzo con más mugre en los pies que uno que tenía mucha.

Volviendo a la playa, aquí el machote se había tirado el moco de que se iba a bañar. Las chicas me recordaron que era marzo, y yo insistí en que tenía que hacerlo, porque nunca me había bañado en el Pacífico. Al poco de plantar la toalla compruebo que, pese al sol que hacía y que había mucha gente en bañador, en el agua no había ni dios. Fiel al espíritu tan español de "están todos equivocados menos yo", y luciendo el tipito playero que me caracteriza, tan pulido en la Playa Pita del Pantano del la Cuerda del Pozo a base de chuletadas domingueras, me acerqué muy chulo a la orilla. Con la primera ola que me alcanzó las piernas se me pusieron los pelos como el velcro (por su lado duro) y, sin entrar en detalles, otra parte de mi anatomía alcanzó la textura, aspecto y dureza de las nueces (de California, supongo). Una mirada hacia atrás tratando de conservar la dignidad me sirvió para comprobar que no me quedaba una salida airosa de aquello. Allí estaban las dos, sentadas en sus toallas, con una sonrisa de oreja a oreja de esas que dicen "¿Y ahora qué, bocazas?". Para reafirmarme, me dije que qué cojones, que era el Pacífico, que nuestra civilización sólo lleva bañándose en él unos 500 años, etc. Otro par de pasos, y la siguien te ola hizo que los ya nombrados frutos secos dejaran de ser eso, secos (y posiblemente frutos). En ese preciso momento, en esa conversación tan larga y amena que llevaba conmigo mismo, me dije que tampoco era para tanto, que tampoco he toreado nunca un Miura ni me he intentado aparear con un rinoceronte, y sólo por eso no me voy a poner a la faena, así que me di la vuelta, me eché en la toalla y aguanté el cachondeíto.

Después de cambiarnos y dejar la habitación del motel, las chicas me llevaron "de compras". Y digo yo que por qué le llamarán ir de compras, cuando normalmente es simplemente "ir de tiendas" o, más exactamente, "ir atocarle los cojones a todos los dependientes del mundo para terminar comprando lo que vi en el primer escaparate a primera hora de la mañana". En Santa Mónica hay una calle comercial peatonal muy grande al lado de la playa, y tiene de todo, incluyendo marcas europeas que aquí no son fáciles de encontrar. Por supuesto, abía un Zara, pero era bastanterar, como muy yanki. No sé como explicarlo, pero el efecto era raro. No os aburro, pero estuvimos más de tres horas danzando por la callecita de los cojones. Evidentemente, el total de mis compras ascendió a... Pues no, no fue cero, listos. Me compré una cheeseburger en McDonalds por un dólar.

Acabadas las compras, cogimos el coche y arreamos al norte por la A-1, que no es la carretera de Burgos, sino la carretera que va pegada a la costa oeste. La carretera es una pasada y el día era precioso, así que conducir por ella fue toda una gozada. En la ruta esta se han rodado mogollón de escenas de película. La primera que me viene a la cabeza es esa persecución-macarrada que se casca el pequeñito del Tom Cruise en Misión Imposible 2, ese homenaje al folklore español en el que le pegan fuego a la Macarena unos tíos vestidos de San Fermín. Paramos un montón de veces por el camino, unas veces para ver alguna calita, otras para asomarnos a los acantilados, y otras simplemente para observar a los surferillos con la secreta esperanza, en mi caso, de que los dueños de esas melenillas rubias en traje de neopreno se dieran el galletón de su vida en mi presencia. Llamadlo como queráis: complejo, manía, envidia... A mí me da igual, pero yo es que a los surfetas les tengo mucha bola. Bueno, para ser exactos, a los surfetas de madrí. A mí no me jodas, pero para juntar en la misma frase las palabras "Madrid" y "Surf" hay que ser gilipollas. A lo mejor es que la gente, como no valora los 80 como es debido, ya se ha olvidado de que ¡Aquí no hay playa, cojones!. Ser surfeta en Madrid es como ser alpinista en Tomelloso, pero llevando el arnés y los pies de gato para salir por la noche. Yo cuando veo a uno de esos niñatos rubios y bronceados del solmanía vestiditos de rip curl y con chanclas bajarse del golf con las lunas tintadas aparcado en la castellana, me pongo malo. Es irracional, lo se, pero me la trae floja.

Cuando la carretera se aleja un poco de la costa, se adentra en medio de un mar de frutales y viñedos. En los puestos del lateral de la carrtera es en el único sitio de este país deonde he probado fruta con sabor a algo. Por estas carreteras secundarias es por donde transcurre Sideways, mi peli favorita del año con mucha diferencia, tras la decepción que llevé con Kingdom of Heaven. Confiaba en Ridley Scott, y me dediqué con mi amiga Nessi a buscar a Russel Crowe en la pantalla toda la peli, porque habíamos decidido que tenía que estar. Mi apuesta más fuerte era por el rey leproso, que lleva la máscara toda la peli, pero resulta que ése es Edward Norton. Nessi dice que le vio cuando "arrestan" a la hermana de Saladino, porque hay uno que avanza meciéndose entre el trigo de una forma familiar. En cuanto a Sideways, los que la hayáis visto ya lo sabréis, pero en dos horas vi retratados a casi todos mis colegas, y muchos pasajes de mi vida. Unas situaciones que vistas en la tele hacen que te descojones, pero que si lo piensas te son mucho más familiares de lo que te crees (o de lo que te gustaría). La única peli que he visto este año aquí y que me ha sorprendido casi tanto com Sideways es Napoleon Dynamite, una frikada de peli independiente que aquí ha influido en la forma de hablar del americano medio casi tanto como Chiquito de la Calzada en los 90. Los personajes son increíbles, la fotografía, la banda sonora y todo el estilo en general de la peli es brutalmente adictivo e increíblemente extraño. No sé cómo explicarlo, pero para que os hagáis una idea, es una peli dirigida y escrita por mormones, en la que no hay ni un solo taco, y por supuesto menos sexo aún, pero con la que te descojonas las dos horas de peli. No creo que llegue a estrenarse en España a corto plazo, por eso me he pillao el DVD.

Por cierto, ni que decir tiene que, un día mas, fracasamos en el intento de ver cómo el sol se sumergía en el mar como una galleta María. Esta vez llegamos a tiempo, pero Santa Bárbara, donde teníamos previsto verlo, está en un saliente de la costa y la playa está orientada al sur, por lo que el sol se metió detrás de unas colinas y nos dejó con dos palmos de narices. Pese a todo, la parada mereció la pena, porque el pueblo en sí es un pueblo costero con mucho encanto y mucha vida, cosas que en este país no se suelen dar juntas. Alcanzamos a ver la misión alrededor de la que se fundó el pueblo y, aunque estaba cerrada, me huce una foto con la estatua de Fray Junípero Serra, un franciscano mallorquín que, además de muy feo, era jorobado, enano y medio cojo (creo que tuvo la polio o algo así). Pues ahí donde véis al chavalito, se pateó con su burra desde Veracruz hasta toda California, y fundó un par de de parroquias o tres. Segura que alguna os suena: San José, Santa Mónica, San Diego, Nuestra Señora de Los Ángeles, Sacramento, Santa Bérbara, San Francisco... Lo gracioso del tema es que, como casi siempre, los italianos han sido mucho más listos que nosotros y lo han adoptado para la causa a base de ofrendas y procesiones, por lo que los americanos que conocen al monje, piensan que es italiano. Digo como casi siempre, porque con Colón han hecho lo mismo, no sin antes tratar de quitarlo de la historia para meter a Américo Vespucio, que sorprendentemente da nombre a un continente sobre el que jamás puso un pie, y con el aceite de oliva, con el que tanto se nos llena la boca en España, pues lo mismo. lo compran en Jaén y aquí llega con una etiqueta muy maja que dice "Product of Italy".

No os confundáis. No es que me haya salido la vena nacionalista o ultrapatriótica. al revés: lo que pasa es que admiro profundamente a los italianos y a su capacidad innata para el marketing. No olvidemos que estos tíos han convencido al mundo de que su cocina es una de las más altas, variadas y ricas del mundo, cuando se basa en pizza y pasta. ¿Son o no son cojonudos? En España, mientras, decimos lo importantes que somos, lo bueno que está nuestro vino (que sólo bebemos nosotros) lo buena que es nuestra comida (que sólo comemos nosotros), lo grandes que son nuestros escritores (fuera de los países de habla hispana ni saben quiénes son Borges, Lope o Quevedo, ni les importa) o lo cojonudísmo que es nuestro aceite (aunque fuera sólo compren italiano y griego). A lo mejor resulta que no molamos tanto. Que digo yo, vaya. Con lo de los restaurantes españoles en el extranjero me explayaré én algún post aparte, pero os adelanto que por los menús que he leído y los sitios que he visitado, suelen responder al cabrón que intenta engañar a los guiris con el chiringuito en Torremolinos, que se ha ido a engañarles en casa. Vamos, que les pone boquerones avinagrados a 9 dólares el platito con 4, o la tortilla de patata tamaño plato de café hecha con huevina y mala. Eso sí, le pone colorante al arroz y les dice que es paella y luego les intenta envenenar a base de sangría, para que todo cuele bien. Por eso cuando les hablas de la cocina española se descojonan. Porque digo yo que en España habrá algo más que paella, tapas y sangría, ¿no?

Después de este mitin gastronómico, sólo me queda deciros que acabamos cenando en un italiano mu bonito y eso, pero del que salimos con el estómago y el bolsillo vacíos y una gran sensación de que la comida podría haber estado muuucho mejor. Ahora bien, en al baño de caballeros, justo sobre el meadero, a la altura de los ojos (de lo míos por lo menos, alguno cogerá tortícolis) tenían una foto firmada por Tiger Woods que decía que siempre que cenaa en Santa Bárbara, cenaba en el sitio aquél. En pleno acto mingitorio pensé: "¡coño, como yo!"

Aún nos quedaban unas 4-5 horas de coche, porque queríamos dormir al lado de San Francisco, así que tiramos millas pal Norte. Al principio, como lo tontos, cogimos otra vez la carretera de la costa. De día tendrá unas vistas preciosas, pero de noche es un coñazo de curvas tremendo. En cuanto pudimos salimos a la autopista y tiramos hasta Monterey, un pueblo del que no teníamos ni puta idea, pero que como era el último con costa antes de San Francisco, fue el elegido para pasar la noche. Llegamos reventados y a las 2 de la mañana, así que sin mirar el pueblo nos tiramos al primer EconoLodge que vimos y sobamos como benditos.

13 mayo 2005

Harto me tienen

No me lo puedo creer. Me he tirado dos horas escribiendo y el blogger de los cojones se ha caído justo cuando le daba a publicar. “estamos de mantenimiento, volvemos en 45 minutos” Encantado estoy. ¿La opción de autosave, de la que tanto presumen? Bien, gracias. Pero no se ha guardado ni el título del post. Por supuesto, no es laprimera vez. En fin, que por hoy le pueden ir dando. A partir de ahora, escribiré en word y pegaré en la paginita.

07 mayo 2005

Día 5: ¡Esto es Hollywood!

Tras una ducha en el cuarto de baño que más miedo me ha dado en mi vida (y he estado seis años en un colegio mayor con más cerdos que las granjas de Revilla, compartiendo baños con todos ellos), enfilamos hacia LA. Por el camino me acordaba de Loquillo, con su "Siempre quise ir a Ele A/dejar un dia esta ciudad", y pensaba que vaya mal gusto, porque la ciudad en sí es un poco pestiño. Por cierto, que no puedo resistirme a colgaroes este fotomontaje (sí, es falso: loquillo nunca hizo esta campaña, y por lo tanto no estoy difamandole. Descojonáos, pero no veas el aviso legal que tiene el autoproclamado defensor de la música en su página):

loquillo

Gracias a La bitácora indescriptible (o indicritible, que diría Abel Antón).

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Nos dimos unas vueltas por Sunset Boulevard y Hollywood Boulevard por la mañana. Los barrios residenciales son una pasada, como os podéis imaginar. En una de ésas, en lo alto de una de las colinas del barrio de Hollywood, vimos la famosa señal, y nos hicimos las fotitos de rigor. Ya se que es una garrulada, pero es como ir a Covadonga y no hacerse la foto debajo de Don Pelayo señalando. Es inevitable.

Eso sí, podemos afirmar sin rubor que somos los únicos del mundo poseedores de una foto hollywoodiense en la que Hollywood parece cutre. Conseguimos sacar en las fotos todos los cables y postes eléctricos del mundo, contenedores de basura, socavones en el suelo y conos del ayuntamiento. Si eso no es un record, ya me diréis:

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Por supuesto, cuando bajamos de la colina vimos a un grupo de japoneses haciéndose fotos desde Hollywood Boulevard, donde sólo se ve glamour, pero decidimos que estábamos hasta la seta de fotos de la señal esa.

Comimos en un Thai por dos duros y muy bien, y nos acercamos a la zona de los teatros, donde están todas las estrellas por el suelo y tal. Después de la fotito anterior, me negué a hacerme fotos con las estrellitas del suelo, pero vi esta y no me pude resistir:

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Sólo el Chela es capaz de entender la magnitud del sentmiento que me embargó. La estrella es la de Frankie Lymon, todo un mito del Doo-Wop (Why do fools fall in love?), tan cultivado por Don Quique. En fin, dejo de esto que nos perdemos.

Paseando un poco más por allí, nos encontramos de bruces con que en el mítico Teatro Chino, donde se celebraban los Oscar en los 40, esteban de estreno. La peli que estrenaban era Guess Who, una comedieta con el guaperas del Ashton Kutcher. En España no es muy conocido. Que yo sepa, sólo mi amiga Ada lo conocía, y todo por las vallas que había en el metro de la peli El Efecto Mariposa. Ojo, la americana del año pasado, no la española del 95 con Coque Malla y Maria Barranco. Sin embargo, el colega aqui es un mostro. Tenía una serie en TV (That 70's show) que por lo visto veían todos los americanitos, y ahora se dedica a hacer el cabrón en la Mtv con Punk'd, un programa de putadas a los famosos con cámara oculta. Vosotros diréis: "sí, sí, yo ya he visto eso aqui, que cutres los americanos" (y a lo mejor no os falta razón), pero es que el tio este ha hecho que el señor Justin Timberlake se echase a llorar como una magdalena al llegar a su casa y ver a los funcionarios de hacienda embargándole todo y jodiéndole la guitarra (podéis ver el vídeo aquí). Sólo por eso tiene mis respetos.

Después de este rollo, tengo que decir que lo que de verdad le ha hecho famoso ha sido que se trajina a la Demi Moore (que le saca 20 tacos) desde hace unos dos o tres años y que Brude Willis todavía no le ha roto las pelotas por ello.

Pues eso, que como el chico tiene a todas las niñas sujetándose las bragas con tirantes para que se queden en su sitio, el ambientillo que había a la entrada del cine no estaba mal:

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No sabíamos si el mozo había venido ya o no, pero las tres mil quinientas veintidós limusinas que había aparcadas nos indicaban que, por lo menos los encargados de la máquina de las palomitas sí que lo habían hecho. Así pues, con la ilusión destrozada (sobre todo la mía, como comprenderéis), nos piramos a seguir haciendo el guiri por la ciudad.

Antes de ir hacia Beverly Hills a ver lo que se cuece por allí, nos pusimos a buscar la casa de "Embrujadas", porque Janina se tenía que hacer una foto allí para su prima pequeña. La casa no sé bien si es esta u otra, porque Janina dice que era otra que había cerca. Sin embargo yo, que no he visto ni un puto episodio de la serie esa, decidí que la casa era esta. Con dos cojones. Es que la otra molaba menos:

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Después, sólo nos quedaba una última muestra de cultura avanzada y cosmopolita antes de abandonar la ciudad angelina. Efectivamente: una ruta por Beverly Hills a ver si pillábamos a famosas sacando la basura en bragas o algo.

El barrio en sí es muy verde y muy chulo, y cuando por casualidad encuentras una casa que está sin fortificar, o bien es una pasada de bonita o bien una horterada con lo más caro que se puede poner en un jardín y una fachada. Lo único remotamente humano que vimos en nuestro recorrido colina arriba, colina abajo fue a una mexicana en uniforme de criada paseando a dos o tres perros. El resto, coches salvajemente caros, salvajemente grandes o salvajemente grandes y caros (El Cadillac Escalade es lo primero que se compran los jugadores de fútbol americano y raperos en cuanto juntan los 53.000$ que vale el más baratito). Para que os hagáis una idea, esta es la pinta que tiene una entrada a una casa en Beverly Hills:

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Como nuestro coche cantaba un poco por allí, cutre como era y con medio desierto de arizona todavía haciéndonos compañía, nos piramos antes de que nos detuvieran o nos pegasen un tiro, opción ésta mucho más probable.

La idea era llegar a Satna Mónica a ver el atardecer, que como está en el Pacífico es como si el sol se metiese en el mar como una galleta maría. Pero claro. Sabéis que lo nuestro y las fotos míticas al atardecer es auténtica pasión, como ya compobamos con la presa Hoover. Evidentemente llegamos justo después de que el sol se terminase de esconder, por lo que solo vimos las burbujitas de agua hirviendo en el mar. Aún así, las fotos tienen su aquél:

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Nos intentamos tomar una cervecilla en el muelle, sobre el agua, que era lo suyo. Sin embargo, Janina decidió que eso era una parida, porque hacía algo de viento, así que nos fuimos a otra preciosa terrazo con vistas al parking. Y luego que me meto con los alemanes, no me jodas. Ahora venía lo bonito: a buscar hotel otra vez. Esta vez tuvimos más suerte que el día anterior (más suerte en cuanto al precio, se entiende) y pillamos un motel en primerísima línea de playa. Era del mismo pelo que el de la otra noche, con los enchufes colgando, la tele con un solo canal que se veia nublado y tal, pero tenía camas y ducha (he aqui una bella muestra de lo que es un eufemismo: llamar ducha a la cueva para la cría del champiñón).

Casi termino el post sin ponerla, pero es que soy como soy, y no me puedo contener. La foto que todos estábais esperando:

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Ese día cumplí un sueño. Y no. No voy a colgar la foto en la que estoy haciendo la misma imbecilidad pero en bañador.

03 mayo 2005

Día 4: Monument Valley

Sí, sí. Ya sé que escribo cada 4 días en lugar de a diario, pero es que cada vez que me siento me pego una parrafada de 3-4 horas enfrente del cacharro este, y eso es más de lo que he hice en su día para aprobar alguna asignatura de las tochas. Sé que estos lapsos, en una página tan influyente como esta (una media de unas 10 visitas diarias, la mayoría de ellas mías) no es de recibo, pero intentaremos solucionar el tema. Más que nada porque a finales de este recién empezado mes vuelvo a Españñññia, y el nombre del blog ya no tendrá demasiado sentido.

El cuarto día amanecimos sin más complicaciones, lo cual es noticia, y nos pusimos en marcha hacia el parque Navajo de Monument Valley.

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El parque en sí es un valle extensísimo y completamente plano, del que surgen, de cuando en cuando, unas formaciones rocosas gigantescas. A casi todos os parecerá familiar en las fotos, porque era uno de los escenarios favoritos de John Ford para rodar muchas de sus películas. Tan importante fue el John Ford para el parque como su hermano Roque para los quesos (sí, ya lo sé, es malísimo, pero si no lo hago reviento). Los Navajo permitieron a Ford construir un barracón en el que se alojaba no sólo durante los rodajes, sino tambien en sus vacaciones. Ford estaba enamorado del lugar y de su gente, pero la relación era recíproca. La prueba es que el punto donde Ford tenía su barracón aún se llama "john Ford's Point", y tiene una de las vistas más impactantes de todo el parque. Mis cualidades como fotógrafo no me permitirían apoyar lo que acabo de decir, así que casi mejor admiráis la vista aquí.

El parque es la tierra sagrada de los Navajo, donde según su tradición habitan sus dioses. Por eso desde hace unos años sólo se puede visitar el parque por el camino marcado, ya que lo demás es territorio sagrado. Hasta hace unos 10 años era un puto cachondeo, y en las formaciones más famosas, como el Totem Pole, que es una columna de más de 100 metros de alto pero unos 4-5 de ancho, se grababan vídeos de Bon Jovi o anuncios en los que se soltaba un coche en paracaídas.

Para entrar en el parque hay que pagar algo así como 5$ por persona. Una vez dentro, lo primero que te encuentras es un centro para visitantes. La verdad es que los pobres indios lo habrán hecho con mucha ilusión y tal, pero las maquetas y pinturas parecen hechas por los alumnos de primaria del Colegio Toro Sentado. Es una pena, porque el sitio tiene muchísima historia que contar, y el centro es bastante chapucero. No me vale la falta de medios o la ilusión que los chicos han puesto en ello, que eso a mí no me servía para aprobar la pretecnología, no me jodas. Lo único que de verdad mola son las mantas Navajo, que las llevan tejiendo igual desde Dios sabe cuando.

Abrumados por el nivel artístico de los chavales, decidimos empezar el tour. La vista desde la terraza del centro de visitantes era ya impresionante:

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Para que os hagáis una idea de la escala, el caminillo ese que se ve en primer plano es de ancho como un carretera de doble dirección, porque caben dos camionetas una en cada sentido, con mucho espacio en el medio. Como unos 7-8 metros de anchora en esa parte, vaya. El coche aguantó bien, pero si en vez de alquilado hubiera sido mío, no lo meto por ahí ni de coña.

Los "monumentos" en sí son acojonantes, y como dice Cristina, ahora entiendo por qué los indios pensaban que sus dioses vivían aquí.

Os dejo algunas fotos aquí, pero en flickr he dejado alguna más:

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Esta ya la colgué en uno de mis primeros posts, pero ahora la podemos ver más grande en flickr, así que se puede ver mejor que esos puntitos que se ven a los pies del montoncito de arena son casas.

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Esta es mi foto del Totem Pole (es la columna más alta de las 3). No mola tanto como la que os he linkeado arriba, pero es todo lo que, en teoría, te puedes acercar. Tampoco es que hubiese mucha vigilancia, pero a ver quién tiene cojones a jugarse la cabellera.

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Este pedrusco se llama "El Camello", y la verdad es que hay que echarle un poco de imaginación. Aún así, no estoy muy seguro de mi teoría, así que si pincháis en la foto la veréis anotada, y si no estáis de acuerdo me calzáis vuestra teoría. Con la parida esta estuvimos más de 20 minutos enfrente de la piedra de los cojones, pero es que es un drama que divide al mundo, así que cuento con vuestra colaboración (masiva, como siempre, claro).

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De esta última me mola que, en medio del desierto y con un calor que tetorras, se ve al fondo la sierra nevada, con un frío que junta huevos.

Más fotos de las de !Joé, que caló!:

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Esta la pongo porque el coche me hizo mucha compañía, y el pobre también se merece un homenaje:

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Y aquí os dejo una muestra de la infraestructura turística de los navajo, sólo comparable a la de Madrid 2012, la Expo'92, el mundial de atletismo del 99 (¿Cómo no acordarnos de Abel Antón o de la Giraldilla borroka saludando a Carlos Herrera?). Dejo las comparaciones que si nombro a Sevilla más de la cuenta el Miguel se me enfada.

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Las fotos no sé bien quién las hizo, porque íbamos tres con dos cámaras, aunque usábamos casi siempre la de Janina, porque la mía en vez de hacer fotos hace mojones. Ante la duda, las que tienen buena pinta, casi seguro que no las hice yo. Seguro, seguro, sólo sé que hice las del suelo y la del coche. El resto de Cristina con mucha seguridad, porque aunque Janina hizo esa mañana casi 300 fotos, la jodía se las hacía a tooodo lo que veía. Que había una roca de 100m: Stop, stop!! Que un indio había puesto un mojón para que el ayuntamiento no le regara la finca: Stop, stop!!, y claro, con ese filtro de calidad se te cuelan más mojones que rocas de 100m. Eso sí, más contenta que Chupito.

El parque nos lo vimos en una mañana, así que antes de comer, a eso de la una, enfilamos para LA. Nos quedaban por delante unas 8-9 horas de viaje, así que para no aburriros os cuento que loúnico reseñable seguía siendo el anuncio del Army National Guard, con el que yo me sigo partiendo cada vez que lo oigo. Ah! Y que por el camino paramos a comer y nos metimos unos señores chuletones entre pecho y espalda, que ya iba siendo hora. Os juro que cuando vuelva a casa y me toque masticar de verdad, se me van a caer todos los dientes. Aquí solo comen mierda blanda, como hamburguesas, pasta, perritos, pizza, verduras, purés, sopas, etc. Pero de masticar, nasty de plasty.

Una vez cerca de LA, decidimos parar a buscar un hotel Eran las 11pm, pero había uno cada 500m en la carretera. Pues bien: no sé qué cojones había, pero no pudimos pillar un sitio para dormir hasta las 2 de la mañana. Y eso que era un lunes o algo así. Bueno, la verda es que a la una y pico estábamos tan desesperados que tratamos de usar una táctica ruin que, por supuesto, falló. En un hotel con pinta bastante maja, me dijeron que sí había habitación para tres, pero que serían unos 150$. Eso era más del doble de lo que veníamos pagando, así que fui a consultar con las chicas, que estaban en el coche esperando, aunque ya tenía claro que era un pastiche para nuestro pelado presupuesto. En estas estamos, cuando les comento que el chaval de recepción era mexicano (de los de bigote, por supuest) y que habíamos hablado todo en español. Al decir esto, se encendió una bombilla en algún sitio, y decidieron que tenía que intentar repetir la técnica de "mira qué pobre soy, que soy estudiante, tío", que tan buen resultado nos había dado para alquilar el coche. Se suponía que como el gachó y yo hablábamos español, la jugada estaba clara. Y tan clara. Le dije al socio que se nos escapaba un poco, porque sólo podíamos pagar unos 100$. Y él en ese momento me devolvió la tarjeta y me dijo "pues qué putada".

Al final dormimos en un tugurio con una moqueta de un sospechoso color verde, que tenía pinta de haber digievolucionado a su estado actual, y con pinta de tener cucarachas de esas que tienen que llamar a la puerta porque no caben por debajo. Pero a las 2 y media de la mañana, qué cojones queréis.

El parque nos lo vimos en una mañana

02 mayo 2005

Víctimas de la conspiración

Me cago en el blogger. Me he tirado una hora escribiendo, y se ha caido al publicar. O sea, que a repetirlo.

Decía que esta es la segunda vez en mi vida que me toca explicar esto, y que como la primera, me va a costar un esfurzo que la verdad prevalezca.

Existe el rumor de que Bjarne Riis es danés. Es un rumor infundado, pero que se apoyó salvajemente por la prensa deportiva, tan cainita ella. El caso es que el calvo de nombre impronunciable (y no me refiero a Djamolidine Abdoujaparov, que no era calvo) fue víctima de un chantaje al que terminó cediendo, y que fue la causa de que gente como mi amigo Nacho, que se fija mucho en las piernas de los ciclistas, acabase pensando que era danés. Trataré de sacarle del enredo.

En aquella época (temporada 95-96), el Madrid pasaba por ciertos apuros, ya que al cantamañanas de Valdano no parecía que fuera a sonarle la flauta otra vez. el equipo hacía aguas y desde algunos sectores de la prensa se insinuaba que Laudrup en esa época estaba en declive, e incluso que sus mejores años los había dado en el Barça (increíble, ¿verdad?). Al ver que la opinión de que "lo danés no está de moda", Lorenzo Sanz y Juan Onieva decidieron tomar medidas.

Decidieron chantajear al suizo para borrar sus registros y hacerse pasar por danés. Era bastante creíble, ya que a Bjarne era una joven promesa de 32 añitos a la que no conocían ni en su casa. Si no cedía, pagaría muy caro, ya que los directivos madridistas le cortarían el suministro de barbitúricos y cocaína que ambos importaban y que les iba a dar resultados dispares. Gracias a esta actividad, Mijatovic y Suker decidieron fichar por la entidad merengue, pero también les trajo problemas con los narcos. Eso explica la llegada ese mismo año de Arsenio Iglesias desde Galicia, la del Freddy Rincón desde Colombia o el hecho de que algo más tarde Anelka se volviera paranoico (si, si, la playstation, claro) y Raúl un gilipollas. Bueno, lo de este chico pudo haber sido cualquier cosa, la verdad.

Ante eso Riis se acojonó, claro. Había visto lo que había pasado con Berzin un par de años antes, cuando se negó a colaborar con Onieva para nacionalizarse brasileño para apoyar el fichaje de Vitor, a quien habían fichado en la temporada 93-94 en vez de a Cafú. (Si pincháis aquí veréis una seleccíon de los mejores fichajes extranjeros que han pasado por España, con gente como el propio Vitor, Secretario, Ciric, o incluso el propio Fayzulin).

La maniobra no era muy difícil. Todo se reducía a cambiar este maillot:

RiisLBL

por este otro:

BJARNE2AM

Y dejar que la prensa pesebrera hiciera el resto. Para el ojo no enrenado, es difícil distinguir el maillot de Suiza, que es el de la Cruz Roja pero invertido, del de Dinamarca, que es el de Inglaterra pero invertido. Hay gente estrecha de vista y mente que no es capaz de distinguir un invertido de otro (maillots, se entiende).

El caso es que la campaña salió redonda, ya que Riis, apoyado tanto por la prensa como por Laureano Oubiña, ganó el Tour, y el Madrid, que ya apuntaba maneras con la eliminación en Europa ante el Odense, nos brindó uno de los mejores años que recuerdo (aunque el pasado no estuvo mal y este tampoco tiene mala pinta, ojo). El crecimiento de la popularidad de todo lo que tuviera que ver con Dinamarca, unido a la gran temporada realizada, hizo que a Laudrup le llegase una suculosa oferta de Japón, que no pudo rechazar. "A todo el mundo le gustaría jugar en un grande. Espero que la afición madridista lo entienda. Me voy para ganar títulos", se comenta que dijo a su partida. Bueno, eso igual lo dijo Luis Enrique.

En toda esta historia hubo pocos medios que se atrevieran a sacarla a la luz pública, y sólo un puñado de revistas serias y comprometidas se jugaron su prestigio yendo en contra de la mayoría merengue. Para más información, consultar Mortadelo nº 14527, Don Miki nº 1628129 o Gesto nº 127638768.

Visto lo visto, desde Soria intentamos una campaña similar cuando el Numancia fichó a Perico Ojeda, así que amenazamos a Lance Armstrong con dejarle sin suministro de chorizos de la matanza, ante lo que tuvo que rendirse y llevar la albiceleste curante la temporada de 1998. Lamentablemente elegimos mal el año, y de esto no tengo documento gráfico que me apoye.

Espero haberos sacado del erro. De nada.